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Lavado de manos, un hábito que salva millones de vidas cada año

15/10/2022

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Las manos son el vehículo de muchos microorganismos, virus, bacterias y en ocasiones, hasta de parásitos, por lo que es fundamental higienizarlas con frecuencia.

 

Cada 15 de octubre se recuerda el Día Mundial del Lavado de Manos, que es una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este día es un llamado para concienciar a la población que, con un poco de agua y jabón, se pueden prevenir las infecciones y salvar vidas, destacan desde el Programa Nacional de Prevención, Vigilancia y Control de Infecciones Hospitalarias.

Si el lavado de manos con agua y jabón se practica con regularidad en momentos claves, puede reducir drásticamente el riesgo de contagio de diarreas y neumonías, que pueden causar enfermedades graves y hasta la muerte.

Con frecuencia, las personas se tocan los ojos, la nariz y la boca, sin darse cuenta, y de ese modo introducen microorganismos en el cuerpo.

Cuando las manos no se higienizan o no se lavan correctamente, los microorganismos que no se eliminaron con la higiene pueden llegar a los alimentos y a las bebidas cuando las personas los preparan o los consumen. Estos microorganismos pueden multiplicarse en algunos tipos de alimentos o bebidas y producir enfermedades. Así también, los microorganismos pueden transferirse a otros objetos, como las manijas de las puertas, las mesas o los juguetes y, luego pasarse a las manos de la persona que haya tocado los objetos.

Diversos estudios han demostrado que, con el simple acto de lavarse las manos, se pueden prevenir:

– 1 de cada 3 enfermedades diarreicas.

– 1 de cada 5 enfermedades respiratorias, incluyendo COVID-19.

(https://www.cdc.gov/handwashing/pdf/handwashing-poster-es.pdf)

¿Cuándo lavarse las manos?

•             Antes de tocarnos la cara.

•             Al llegar a casa.

•             Después de ir al baño.

•             Antes y después de comer y preparar alimentos.

•             Después de sonarse la nariz, toser o estornudar

•             Después de visitar un espacio público: transporte, oficinas, establecimientos comerciales, lugares de culto y otros.

•             Después de entrar en contacto con superficies fuera del hogar, por ejemplo, dinero, puertas.

•             También, antes y después de cuidar a una persona enferma.

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